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lunes, 30 de noviembre de 2009

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Gestores de Referencias Sociales

Por Julio Alonso Arévalo, Universidad de Salamanca, Fac. Traducción y Documentación.


Nadie pone en duda que los gestores de referencias son unas herramientas de incuestionable valor en las tareas de investigación. Buena prueba de ello es que todas, o casi todas las fuentes de información científica, disponen de formatos de salida directa o indirecta (RIS) a gestores personales de referencias. Los gestores de última generación han permitido disponer de estas aplicaciones en el navegador web, lo cual obedece a una lógica, si el navegador web es la herramienta natural para el descubrimiento de la investigación científica, es natural que ésta sea la herramienta con la que recopilar los registros bibliográficos; de manera que el entorno web se va convirtiendo cada vez con más fuerza en un elemento recurrente para compartir y descubrir información científica.

En un momento dado algunos investigadores pensaron utilizar los marcadores de favoritos para tener enlaces compartidos a sus referencias de investigación, y comenzaron a usar el primer marcador de referencias sociales que existía para estás tareas (Delicious). Pero a pesar de todas sus bondades, Delicious no tenía capacidad para importar los metadatos de aquellas referencias que posteriormente les servirían para citar en sus trabajos de investigación; así nace lo que se ha denominado Gestores de referencias sociales, herramientas que unen las capacidades de los gestores tradicionales con las posibilidades de entornos compartidos de las redes sociales.

El primero de ello fue Connotea; posteriormente surgen otras herramientas como CiteULike de la Universidad de Manchester -actualmente bajo el patrocinio de la editorial Springer Verlag-; Bibsonomy de la universidad alemana de Kassel; e incluso la multinacional Elsevier se ha incorporado a este movimiento con 2collab.

La funcionalidad básica de estas herramientas es simple: cuando un investigador localiza un documento en la Web que le interesa, pueden hacer clic en un botón que se instala en el navegador y agregar a su colección personal en el gestor la referencia a ese documento. Posteriormente solo le pedirá que añada unas etiquetas que caractericen el contenido del mismo. Las etiquetas que se incluyen son términos del lenguaje natural que son significativas para él, y a su vez para otros investigadores que trabajan en ese área de conocimiento.

Así, la colección de referencias permanece almacenada y organizada en un servidor accesible desde cualquier ordenador, dando la posibilidad a otros usuarios de compartir su colección con otros especialistas; y de esa manera navegar por otras bibliotecas y descubrir nuevos documentos de su interés.

Igualmente en algunos de ellos permiten hacer lo que se denomina Listas de seguimiento o Watchlists de aquellos investigadores con intereses cercanos a los nuestros, desde las cuales también podemos suscribirnos a canales RSS. Los investigadores pueden seguir las nuevas incorporaciones de sus colegas y mantenerse, de forma sencilla, constantemente al día de lo que va publicándose en su campo de interés. Por otro lado, el hecho de compartir bibliotecas con otros investigadores que trabajan en actividades cercanas favorece la cooperación y creación de redes profesionales entre científicos.

Como a menudo sucede en los servicios de la web social, los administradores de referencias en línea se están convirtiendo en soluciones de gran alcance y sin costo alguno para reunir grandes conjuntos de metadatos, en este caso, los metadatos de colaboración en la literatura científica. Estos datos aislados tienen un interés relativo que es importante para cada investigador, sin embargo a nivel colectivo son una solución interesante para la evaluación de los contenidos científicos a gran escala. Con lo cual estas herramientas pueden tener un cierto impacto a largo plazo en los procesos de evaluación científica y de arbitraje. La afirmación no es gratuita, ya que detrás de dos de los grandes proyectos que hemos mencionado están dos de los grandes grupos editoriales: Elsevier y Springer Verlag.

El etiquetado social es el ejemplo más popular de cómo el software social ha ayudado a superar los límites de los enfoques tradicionales de la categorización de contenidos. Incluso se puede decir que en un área especializada las etiquetas tienen más valor intrínseco que en un contexto general, donde el término aislado podría tener diferentes interpretaciones porque tiene un factor añadido, que es la especificidad de ese término en ese campo junto a otras etiquetas de su contexto científico. Incluso hay otro elemento que a priori puede parecer paradójico, que es el hecho de que compartir etiquetas hace más fácil el descubrimiento científico entre campos interdisciplinares.

En el caso de la literatura académica, las etiquetas pueden proporcionar listas extensas de palabras clave, a menudo más precisas y descriptivas que los sistemas tradicionales. Es importante destacar que el etiquetado se hace inicialmente para el beneficio personal del usuario individual, y que los beneficios hacía la comunidad surgen como consecuencia de este comportamiento 1.

Si un rango de etiquetas lo agrupamos por categorías científicas tendremos los llamados índices de popularidad, que pueden ser de utilidad para marcar tendencias en determinados ámbitos científico. Es el caso del servicio CiteGeist donde aparecen los artículos mas populares subidos a Citeulike ordenados por el número de veces que han sido compartidos por el resto de investigadores. Parece razonable que si estoy trabajando sobre un tema y esa referencia ha sido compartida por centenas de investigadores especialistas en ese campo, ese documento será de obligado conocimiento. Al menos si no se trata de una medida de calidad, sí lo es de popularidad.

Hasta hace poco los servicios web que se han ocupado del tema de la calidad científica en el contexto Internet, como los casos de CiteSeer, o Google Scholar, se han centrado en las citas recibidas por un documento, que es el indicador estándar de calidad en la tradición bibliométrica; Sin embargo, citando a Taraborelli, “… es previsible que los índices de popularidad recogidos por los gestores de referencias sociales se convertirán en un factor tan importante como las citas para la evaluación de contenido científico”. Fundamentalmente porque las medidas de popularidad de los datos se extraen de la conducta natural de los usuarios, pues cuando un investigador recoge un artículo en su gestor personal es porque está interesado en leerlo, y no para que ese artículo mejore su popularidad. Incluso se puede decir que estos índices de popularidad al basarse en patrones de comportamiento sobre la utilización del servicio, tienen un valor más objetivo que el que podrían tener las votaciones de documentos tipo Facebook, más sujetas a favoritismos, intereses y manipulaciones. Además la mayoría de estos servicios como Connotea, son aplicaciones de código abierto, independientes, cuyo objetivo final no se basa en intereses comerciales, sino simplemente en llegar al público.

Los Gestores de referencias sociales automatizan una tarea repetitiva y tediosa como es la gestión bibliográfica, y ofrecen una alternativa a los motores de búsqueda y bases de datos tradicionales en favor de la mediación social y el descubrimiento científico

Realmente este post invita a la reflexión, y al planteamiento de una serie de cuestiones relacionadas con los Gestores de referencias sociales en torno a dos temas como son: el descubrimiento y la medición de la información científica. ¿Realmente los indices de popularidad pueden llegar a ser una alternativa en los procesos de evaluación científica? ¿Se va a generalizar el uso de los Gestores de Referencias Sociales como herramientas para el descubrimiento de la información científica?



Emamy, K. and Cameron, R., “Citeulike: a researcher’s social bookmarking service“. Ariadne, No. 51, 2007, pp. np. http://www.ariadne.ac.uk/issue51/emamy-cameron/

Taraborelli, D., “Soft peer review? Social software and distributed scientific evaluation“. Proceedings of the 8th International Conference on the Design of Cooperative Systems (COOP 08), 2008. http://www.academicproductivity.com/2007/soft-peer-review-social-software-and-distributed-scientific-evaluation/



Jing, un programa gratuíto para capturar imagen y vídeo en pantalla.

http://www.taringa.net/posts/downloads/1090546/%C2%BFC%C3%B3mo-hago-un-video-tutorial.html




Jing, http://www.jingproject.com/, es una utilidad realmente fácil de instalar, agradable de usar y tremendamente útil a la hora de realizar capturas de pantalla con funciones de edición (añadir texto, usar rotuladores y flechas, etc.) y screencast, es decir que seleccionas una zona de tu pantalla y Jing grabará todo cuanto ocurra a vídeo.

Su interfaz es, cuanto menos, original ya que se trata de una diminuta esfera que permanece en la parte superior de la pantalla. Cuando lo necesites, un clic en ella y podrás acceder a las opciones de captura de pantalla (imagen o vídeo).

Y una vez la captura hecha, podrás añadir texto, flechas, destacar elementos y guardar el resultado en local o, si lo deseas, en la web de screencast.com. Si no tienes cuenta en screencast.com, se crea una automáticamente desde Jing.

Así, podrás almacenar tantos screencasts como quieras, y de forma totalmente gratuita. La ventaja de subirlo a screencast es que dispondrás de un código que te permitirá empotrarlo en tu blog o página web. Además, podrás enviar la URL de tus capturas a tus amigos, sea por mensajería sea por correo electrónico. Es realmente muy fácil de usar, sin opciones complicadas de por medio.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Comunidad de Prácticas de SEDIC.

Marcadores sociales y herramientas bibliográficas para profesionales de la información

My good: todo está lleno de tags
de Web social para profesionales de la información de Catuxa Seoane

La popularización en la Web de herramientas de bookmarking social popularizan un nuevo modelo para organizar, describir y compartir recursos web, denominado tagging o etiquetado social.

Tal y como afirma Emanuele Quintarelli en Folksonomies: power to the people el tagging es aquel proceso distribuido en el que los recursos u objetos son descritos o caracterizados por medio de tags, (etiquetas, palabras claves en lenguaje natural usadas libremente por cualquier consumidor de esa información sin que exista control de vocabulario). El resultado de ese proceso de clasificación libre, hecha por los usuarios se llama folksonomía, “clasificación hecha por el pueblo”.

Tags, etiquetas, clasificaciones sociales, categorización colaborativa, folksonomias, etc son términos que forman parte ya del voculario propio de la web social y en la actualidad no existe ningún servicio de la denominada Web 2.0 que no permita, ofrezca y además invite a los usuarios a etiquetar sus contenidos por medios de tags (etiquetas): Delicious, Flickr, Youtube, Slideshare

Una de las razones de su gran éxito que llevo a que la gente enseguida empezara a etiquetar los contenidos en la Web Social es precisamente por la propia naturaleza de la información en formato electrónico (un volumen ingente de información se genera día a día y que se puede encontrar de forma ubicua en diferentes lugares) y por la imperante necesidad que tenemos de describir la información para poder recuperarla en cualquier ocasión por medio de palabras (etiquetas) que signifiquen algo para el consumidor de esta información y que le auxilien en sus buceos por la red.

El etiquetado (descripción de un objeto por medio de etiquetas) conlleva dos motivaciones: la personal y la colectiva o lo que es lo mismo engloba en sí mismo dos antagonismos: el egoismo y la generosidad; lo que que quiere decir que la gente etiqueta por propia necesidad (para poder recuperar los recursos posteriormente) y por un sentimiento colectivo ser partícipe de la comunidad de la que formamos parte (para que otros recuperen recursos que consideramos de interes).

¿Estamos preparados los profesionales de la información para permitir que los usuarios etiqueten, con sus propias palabras clave, los contenidos que nosotros ponemos a su disposición? ¿Seremos capaces de conjugar la rigidez y exactitud de las categorias y los descriptores junto a la flexibilidad y alternativas de las folksonomías y el etiquetado? ¿Qué opinais de esta tendencia, barata, rápida y muy fácil, que hecha por tierra la tradicional tarea del clasificador de elaborar vocabularios controlados, asignar descriptores y categorizar univocamente cada documento?

.: Para entrar en materia y ampliar el concepto del etiquetado social recomiendo la lectura de “Indización Social y Recuperación de Información” publicado por Yusef Hassan Montero en No Solo Usabilidad.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Publicar una revista en Internet ¿Como hacerlo?

Por Vicente Lillo Hidalgo. Responsable de Revistas de la Universidad de Murcia. Boletín novedades UNE 19. Unión editoriales universitarias españolas (http://www.une.es/).

Para las revistas científi cas el futuro —ya el presente— es la
publicación electrónica online, quedando la versión impresa
para fi nes protocolarios o ediciones especiales. El mejor sistema
para «dar el salto» a Internet es Open Journal Systems (OJS). Es
un software gratuito no solo para «publicar» sino para gestionar
toda el proceso editorial, por lo que es una excelente solución
tanto para revistas electrónicas como para la gestión electrónica
de las impresas.

OJS ha sido desarrollado por el Public Knowledge Project,
organismo canadiense integrado por las universades British
Columbia, Simon Fraser y la Universidad de Stanford. Su
objetivo es el desarrollo de nuevas tecnologías que amplíen y
mejoren el acceso y calidad de las publicaciones académicas
en edición electrónica.

OJS permite un manejo efi ciente y unifi cado del proceso editorial
a través de la web, ayudando en todas y cada una de sus etapas,
desde el envío de artículos por parte de los autores, pasando por
su evaluación, hasta su publicación fi nal, indexación y lectura.
El sistema está diseñado para reducir el tiempo y las energías
dedicadas al manejo exhaustivo de las tareas que involucra
este tipo de ediciones, con lo que ayuda a acelerar el acceso y
la difusión de los contenidos de investigación producidos en
las universidades. Facilita una división del trabajo efi caz entre
gestores, editores, revisores, correctores y autores, dentro de un
espacio online donde trabajar juntos y ofrecer los contenidos en
acceso abierto para toda la Red. Además, el uso del protocolo
OAI-PHM en los metadatos permite una excelente recuperación
y visibilidad de los documentos en los buscadores de Internet.
OJS fomenta sobre todo el acceso abierto, pero también permite
otras políticas de acceso.

Algunas características de OJS son:

• Los editores de la revista pueden confi gurar requisitos,
secciones, procesos de revisión...
• Herramientas de lectura para los artículos.
• Sistema de notifi caciones y alertas por correo electrónico
durante el proceso editorial.
• Interfaz multilingüe.

Cerca de 3000 revistas científicas en todo el mundo ya hacen uso
de este software, y en España, por ejemplo, lo aplica el RACO,
repositorio de revistas de acceso abierto de Cataluña (raco.cat), el CSIC (revistas.csic.es), o el portal de Revistas de Acceso Abierto de la Universidad de Murcia (revistas.um.es).

Escribir en WIKIPEDIA

Por José Antonio Gómez-Hernández, Universidad de Murcia. Boletin novedades UNE 19. Unión de Editoriales universitarias españolas (www.une.es).

Muchas veces tenemos conocimientos amplios y muy
actualizados de un tema que aún no se han dinfundido de modo
sistemático en una fuente de información enciclopédica para
el gran público. Entonces nos podemos plantear la redacción
e inclusión de un artículo en Wikipedia. Y creemos que es
interesante por:

• La universalidad de una fuente como ésta y la cantidad de
usuarios que la consulta

• Siempre aparece en los primeros resultados de búsqueda en
buscadores como Google, lo que nos asegura gran visibilidad

• La posibilidad de actualización inmediata y continua
de contenidos, tanto por nuestra parte como por la de
cualquier otra persona, asegura la vigencia del artículo que
publiquemos

• Es una forma sencilla de demostrar nuestra voluntad
de compartir el conocimiento con los demás, y a la vez
colaboramos con una herramienta participativa de creación
de conocimiento

Una «Wiki» no es nada más que una página web que puede
ser escrita, editada y modifi cada entre todos los usuarios que
lo deseen. Publicar en Wikipedia únicamente exige registrarse,
y seguir las pautas de escritura establecidas. Aunque se
cuestiona a veces su credibilidad, precisamente por ser abierta y
colaborativa, Wikipedia tiene unos responsables de contrastar la
información, los «bibliotecarios», que previenen que se difunda
información falsa, difamatoria o incorrecta. Hay un espacio de
discusión de los contenidos, y un historial registra el proceso de
evolución de las aportaciones para su mayor control.

Trabajar en contenidos propios y ajenos de Wikipedia es un
ejercicio intelectual saludable, que nos distancia de la noción
de autoría individual y del currículum académico convencional,
pero donde tendremos la garantía de que nuestra aportación
cumplirá una función de guía a futuros estudiantes digitales
de cualquier universidad. Una pieza más del entramado de la
publicación docente y científica.

Por último añadiremos que escribir en Wikipedia también
nos «promociona» de una manera legítima: podemos incluir
nuestras instituciones, su historia, sus servicios, para que todos
los conozcan: Las Universidades, sus órganos, sus editoriales,
sus colecciones, sus autores y bibliografía… pueden ser
referenciados, lo que repercute en la promoción de nuestros
textos. La UNE tiene ya su página en Wikipedia, y varias
de nuestras editoriales. Es cuestión de animarse y empezar.

Enlace para entrar en http://es.wikipedia.org.

Usar bien el formato PDF

Por Tomás Saorín Pérez. Boletin novedades UNE 19. Unión de editoriales universitarias españolas, www.une.es

El formato PDF es el más extendido en el mundo académico para
la publicación de documentos de los que queremos hacer difusión
electrónica. Lo usamos cuando queremos perdurabilidad a largo
plazo, calidad tipográfi ca y de composición para documentos de
una extensión media o grande. El PDF, entonces, es un estándar
de facto y de iure para el «documento» (entendido en relación
al resto de la cuantiosa información que se difunde en las webs,
lo que podríamos llamar «contenidos»). Es idóneo para el
«autoarchivo» en los repositorios digitales de nuestras bibliotecas
universitarias, por ejemplo.

Pero debemos saber más sobre este formato, porque a menudo
no cuidamos los detalles al generar los PDFs, o no nos situamos
en el contexto de uso del futuro lector, lo que debería ser la
prioridad. Nos limitamos a la opción «imprimir como pdf»
desde nuestro procesador de textos. Sin embargo, si vamos a las
opciones, podemos ajustar el tamaño del archivo con la calidad
de los gráfi cos, para que la descarga sea cómoda y sea posible una
impresión no profesional cómoda. Igualmente, podemos defi nir
las opciones de apertura predeterminadas (miniaturas, ajuste
en pantalla) y asignarle un nombre al fi chero que ayude a su
identifi cación cuando se descargue, con términos clave del titulo,
el año y el productor. Y los fi cheros han de ser protegidos contra
alteraciones no deseadas, valorando si se permitirá imprimir,
comentar, copiar y extraer páginas.

Tras evitar los errores más comunes, es el momento de pensar en
los «metadatos» (información descriptiva codifi cada e incrustada
en el documento, no visible en el cuerpo del texto). Están en
«Archivo > Propiedades». Añaden información identifi cativa
de los documentos que puede ser procesada con los robots
indizadores y los sistemas de información con mayor recorrido que
el mero contenido textual. La sencilla inclusión de etiquetas como
«title», «author», «producer», mejora la calidad informativa del
documento y su deambular a lo largo del tiempo por servidores,
memorias y carpetas de usuarios.

Desde una óptica institucional, como editores electrónicos en
diferentes facetas, convendrá defi nir una estrategia clara de
nuestros documentos PDF, que explote en nuestro benefi cio
aspectos concretos del estándar, orientados a garantizar una
vida indepediente al documento como unidad separada de la
plataforma desde la que ha sido difundido. Tampoco hay que
olvidar que en cada pieza de nuestra publicación deberían estar
codifi cados los derechos de uso y acceso que se conceden, no
sólo en texto escrito, sino en forma de metadatos codifi cados y
licencias-tipo.

Insistimos: la accesibilidad web se ve bastante afectada por el
uso sistemático de fi cheros PDF para transmitir información,
por lo que aprender a realizarlos con estructura interna y
ayudas de navegación, es tanto un reto como una obligación.
Habrá que pensarse con mucho cuidado el uso de servicios de
transformación e incrustración de documentos basadas en fl ash,
como www.issuu.com o www.scribd.com, porque inciden en la
accesibilidad y pueden incomodar si no acertamos en su uso para
publicar presentaciones o capítulos de muestra. En este tema,
el mejor consejo es ser austeros y no dejarse deslumbrar por
artifi cios que no aporten mejoras de uso. (Para saber más: «Guía
de Accesibilidad en Documentos PDF» de Inteco).

Programa Profesionales Digitales

http://www.profesionalesdigitales.es/profesionales/programa

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