viernes, 29 de marzo de 2019

El trabajo colectivo de un pueblo, duro, callado y anónimo, ha permitido la restauración y regeneración natural del pinsapo en Yunquera (Málaga).



Hoy el mundo entero alaba el pinsapar de Yunquera. Pero quizás pocos sepan que detrás del bosque que hoy disfrutamos ha habido cientos de yunqueranos, mayores y jóvenes, yo entre ellos, trabajando duramente en “la sierra”. El periodo de mayor actividad laboral fue de finales de los 60 a primeros de los 80. En esos años mi padre, José Pino Rivera, “el forestal”, dirigió a pie de monte los trabajos. Pues bien, con el devenir de los años todas las investigaciones confirman que el trabajo colectivo de un pueblo, duro, callado y anónimo, ha permitido la restauración y regeneración natural del pinsapo. Hemos de sentirnos orgullosos.