"Memorias de un reclamo" es un texto escrito por el tolito Juan Vázquez del Río con 46 años de edad. Fué publicado por primera vez en 1932, coeditado por Ediciones La Moderna (Larache) y su hermano Manuel, que residía desde 1929 en Larache, donde ocupaba el puesto de Jefe del Servicio de Montes del Protectorado Español. Posteriormente fue reeditado en 1975 y 1996.
Juan Vázquez del Río (1886-1936) nació en Tolox (Málaga), en el seno de la familia formada por Manuel Vázquez Añón, médico del pueblo, y Engracia del Río Rey. Estudió Farmacia en Madrid, donde se colegió en 1908 (La Farmacia Española, revista científica y profesional, nº 49, año XL).
Es autor de "El Chubasco, entremés en prosa", sainete "estrenado con éxito en el Salón Regio de Madrid la noche del 21 de mayo de 1908", tal como indica su portada, y de "Memorias de un reclamo", editado en 1932, 1975 y 1996 (ver Imagen 1).
Imagen 1
Imagen 1: Cubierta de la primera edición (1932) de Memorias de un reclamo. Fuente: Todocolección, https://www.todocoleccion.net/libros/juan-vazquez-rio-memorias-un-reclamo-moderna-primera-edicion-1932-caza~x97240267
El texto se acompaña de las ilustraciones del dibujante y caricaturista Diego Mullor, dos cartas, una del novelista Salvador González Anaya y otra del abogado y aficionado a la caza de la perdiz con reclamo Ángel Fernández Ruano, y un prólogo de su hermano Manuel.
Francisco de Paula Sánchez Zamorano (2007) en "La caza en la literatura" indica que:
"...en Memorias de un reclamo Vázquez del Río, en forma de novela, nos cuenta cómo Periquillo, cuando preparaba un puesto de piedra para el presbítero Miguel de Machaparra, gran aficionado a la caza de la perdiz con reclamo, se encontró con una perdiz muerta y un lío de papeles en los cuales el reclamo "Castelar", como protagonista, había escrito sus memorias. Un caso extremo de personificación".
Francisco
de Borja García Duarte (2013) en su obra "La literatura en andaluz, la representación gráfica del andaluz en los textos literarios" realiza un
listado de autores "... en cuya obra se pueden encontrar intentos de plasmar literariamente el habla andaluz". En dicho listado, realizado siguiendo el orden cronológico del año de nacimiento, figura Juan Vázquez, de él se dan algunos los siguientes datos:
Juan Vázquez del Río (1886-1936)
Juan Vázquez del Río nació en Tolox (Málaga) en 1886. Murió en 1936 de enfermedad. Era farmacéutico de profesión pero su devoción era la literatura. De amplia cultura, cultivó todos los géneros literarios. Además de sus habituales colaboraciones periodísticas en La Unión Mercantil de Málaga, escribió poesía, comedias como “El Chubascón” y “Contricción” y novelas como “Memorias de un reclamo” en la que vemos algunos párrafos escritos en andaluz.
Volvió el compañero sin haber hecho presa, como de costumbre, y al verlo conmigo entre las manos le dijo admirativamente:
—¡Qué güen gato eres, Frasquillo!
—Sí—repuso mi raptor—, pero güen panzazo me ha costao. Lo meteremos en er seno a vé si esta noche mos da un reá por é er tío Juanelo; tié la cabeza mu gorda y tié que sé macho. Anda; vamos a saca los guarros de los garbanzos porque ha salío er so y mos pué vé arguno.
También sabemos que Manuel Vázquez del Río, hermano de Juan, del que solamente hemos conseguido recabar que nació en 1985 en Tolox y que era Ingeniero de montes, utilizó el andaluz en una obra manuscrita que se conserva en la biblioteca de Tolox. El libro, que tiene el título de “Cosas de Tolox”, también incorpora un vocabulario toloxí. De él extraemos unos párrafos:
Antoñillo “el carbonero”, como le decíamos al alevín de cura, a causa de la especialidad de su padre, mi compadre, en hacer hornos de carbón de leña, comenzó su actuación de acólito cumpliendo muy bien sus deberes y aprendiendo muchas cosas de iglesia, que iba contando a su padre, el cual las absorbía como una esponja.
“hoy ha dicho er señón cura que con er bautizo mos se borra a tos er pecao originá”.
"¿Y eso qué es?, preguntaba, ávidamente, mi compadre, levantando su cabeza, de ordinario hundida en profundas reflexiones.
“Pos que tos los chiquillos nacemos ya con un pecao, que se llama er pecao originá, que dios mos tiene que perdoná y pa eso ha puesto er bautizo”
... hasta que decidiéndose, le decía a su Antoñillo:
“Cuando venga a pelo, y asín como er que no quiere la cosa, y sin decí que yo te lo he encargado, dile ar señón cura que jaga er favó de explicarte er porqué, si dios es lo más güeno que hay y si toito lo ha jecho er, venemos los angelitos ya taraos a este mundo”.
(...)
El cálculo se hacia en voz alta, sin la menor vacilación ni interrupción hasta llegar al final y transcurría así:
"De mo y manera que bemos trabajao 30 días "er que más" y hay según la cuenta der manigero 21 hombres que no han perdío día lo que jacen mil y cincuenta jornales; que hay 5 hombres que perdieron un día ca uno lo que jacen 245 peonas más que con las mil y cincuenta de antes mos ponen la cuenta en mil doscientos noventas y cinco; tenemos ahora otros cuatro hombres que han perdío ca uno, dos días lo que jacen 192 jornales que con los 1.295 que llevábamos se juntan 1.487. Los dos aguaores y las cuatro bestias que cobran lo mesmo, y no han perdío dia jacen 300 peonás y como cobran la cuarta parte de los hombres se quean en 75 peonás de hombre que con las 1.487 que llevábamos se juntan 1.562.
(...)
Aquí se ha hecho una -pausa de un minuto en la que le dan a mi compadre un vaso de vino, que se bebe de un trago, y después de limpiarse con el dorso de la mano, prosigue:
"Pos con esto ya tenemos a Periquito en casa", (risas de alegria) porque las 5.651 pesetas repartías entre las 1.662 peonás, de hombre: dan pa ca una 3 pesetas y 4 perras gordas, y- pue que quee argún centimillo suerto que sardrá a lo úrtimo en el reparto".
"¿Cuanto mos toca a ca uno de los que no bemos perdío días?", pregunta uno enseguida.
Tal como leemos, Francisco de Borja García Duarte también cita en su estudio sobre la literatura en andaluz a Manuel Vázquez del Río, hermano de Juan. Comenta de Manuel que utilizó el andaluz en su texto "Cosas de Tolox", que además contiene un vocabulario toloxí.